Un propósito para año nuevo...

Aprender música este nuevo año

Cada año, por estas fechas, siempre solemos  pensar en nuevos propósitos para el año nuevo. Apuntarse a un gimnasio, dejar de fumar, ahorrar para un capricho o hacer limpieza en casa, son algunos de los más populares que suelen quedarse en eso, en propósitos.

Precisamente, es en el hacer limpieza o darte un capricho, donde nos gustaría deleitarnos en éste post y dejar que los pensamientos se deslicen por el teclado y poder plasmarlos…

Cuando decidimos empezar a tocar un instrumento, sea el que fuere, tenemos en nuestra cabeza una idea de cómo suena (o debería sonar) ese instrumento; hemos oído una canción que nos ha emocionado, hemos visto una actuación que nos ha fascinado o un amigo nos ha convencido para unirnos a su banda. Pero una vez empezamos con el “lío”, nos damos cuenta de la realidad; nada tiene que ver lo que teníamos en nuestra cabeza con lo que nos pasa al dia dia y que esa idea, no será tan fácil de plasmarla en nuestra realidad 

Una vez que nos damos cuenta que no será tan fácil y que nos queda un largo camino, podemos poner solución a aquello que no sabemos.

Vamos a intentar aportar ideas para poder conseguir nuestro propósito de año nuevo.

• Buscarse una persona que te guíe en el camino. Al igual que cuando empezamos algo por primera vez es importante rodearte de buenos profesionales para que los fundamentos sean fuertes, precisos y buenos, lo mismo pasa con empezar un instrumento.
• Buscar tiempo para uno mismo. Todo va muy deprisa (ya lo dijimos en pasado post sobre Pomarico). Pero siempre podemos (y debemos) encontrar tiempo si queremos avanzar y mejorar. 
• Encontrar equipamiento. Buscar buenos asesores para encontrar el material que más se adapte a tus necesidades. Porque una “idea” de sonido no es fácil de encontrar.

Y volvemos a los propósitos de año nuevo junto con encontrar equipamiento; hagámonos una pregunta:¿Cuánto te gastarías en equipamiento por tener ese sonido ideal, ese sonido que tanto te ha fascinado?

Y somos plenamente conscientes de que el instrumento no hace al músico, pero ayuda, sobre todo a aquellos que están empezando  y a los que una buena compra puede favorecer a no desengancharse de la práctica.

Pero para los instrumentos musicales se suele repetir una frase e infinidad de veces: “¡qué caro es esto!, si es viejo” o “si sólo es un trozo de latón” (siendo muy escueto y resumido). 

Es cierto, el precio de los instrumentos musicales puede ser una barrera inicial para muchos. Pero si reflexionamos un poco, hay una historia detrás de cada instrumento, un arte intrincado y un esfuerzo casi artesanal que lo convierte en mucho más que un simple objeto. El valor no solo reside en los materiales, sino también en el conocimiento y la pasión que se dedican a su creación.

El arte detrás de un instrumento
Un instrumento musical no es solo un objeto funcional; es el medio por el cual las emociones, las historias y los sueños encuentran su expresión. Los fabricantes de instrumentos invierten horas perfeccionando detalles que parecen mínimos pero que pueden marcar una gran diferencia en el sonido. 

Pensar en un instrumento como "solo un trozo de latón" es simplificar lo que, en realidad, es una obra de ingeniería artística. Esto nos lleva a reflexionar sobre cómo nuestros propósitos de año nuevo, cómo aprender a tocar un instrumento, no deberían limitarse por ideas preconcebidas sobre precios, sino estar guiados por el valor que aportarán a nuestra vida.

Invertir en la pasión

Ahora, volvamos a la pregunta: ¿cuánto estarías dispuesto a invertir en ese sonido ideal? La palabra clave aquí es "invertir". Muchas veces pensamos en el gasto inicial, pero olvidamos que un instrumento de calidad puede ser un compañero de por vida. Además, una buena inversión desde el principio puede evitar frustraciones y ahorrarte dinero en el futuro. No se trata de comprar el instrumento más caro, sino el que realmente se alinee con tus necesidades y te inspire a seguir tocando.

Cuando comenzamos algo nuevo, el equipo que utilizamos puede marcar la diferencia entre rendirnos a la primera dificultad o sentirnos motivados a continuar. Un sonido limpio, una respuesta precisa al tocar, incluso la comodidad ergonómica, son factores que pueden ser determinantes para que ese propósito de año nuevo se convierta en una realidad constante en nuestra rutina.

La relación emocional con el instrumento
Una vez que encontramos el instrumento adecuado, algo mágico sucede: se convierte en una extensión de nosotros mismos. El tiempo que pasamos con él no es solo practicar técnica, sino también un diálogo entre el músico y su herramienta. Esta relación es crucial para mantener la motivación viva y continuar creciendo como músico.

No hay que olvidar que los propósitos de año nuevo muchas veces fracasan porque nos falta conexión emocional con ellos. Aprender a tocar un instrumento, en cambio, nos da la oportunidad de establecer una relación profundamente personal con algo que evoluciona junto a nosotros.

Romper con la perfección inmediata

Otro aspecto importante que debemos recordar es que los grandes logros nunca se alcanzan de la noche a la mañana. Es fácil desanimarse cuando las primeras notas no suenan como imaginábamos, pero ahí es donde radica el verdadero aprendizaje: en aceptar que el progreso será gradual.

La búsqueda del "sonido ideal" puede convertirse en una fuente de frustración si no nos permitimos disfrutar del proceso. Cada paso que demos, incluso los errores, son parte del camino. Así que, si uno de tus propósitos de año nuevo es aprender a tocar un instrumento, recuerda que no se trata solo del destino, sino del viaje que emprendes al perseguirlo.

Crear un entorno de aprendizaje positivo
Para que este viaje sea exitoso, es fundamental crear un entorno que favorezca el aprendizaje. Aquí te dejamos algunas ideas prácticas:

1. Establece una rutina: Dedica un tiempo específico al día o a la semana para practicar. La constancia es clave para mejorar.
2. Rodéate de inspiración: Escucha música de artistas que toquen el instrumento que estás aprendiendo. Esto te ayudará a mantener viva la motivación y a visualizar lo que quieres alcanzar.
3. Busca compañeros de aprendizaje: Si es posible, encuentra a alguien que esté en el mismo camino que tú. Compartir experiencias y progresos puede ser una gran fuente de ánimo.
4. Permítete celebrar pequeños logros: Cada canción aprendida, cada mejora técnica, es un paso adelante. Date permiso para disfrutar esos momentos.

El cierre perfecto para un año imperfecto

Al final del día, aprender a tocar un instrumento es mucho más que cumplir un propósito de año nuevo. Es una forma de conectar contigo mismo, de encontrar un espacio de expresión en medio del caos del día a día, y de descubrir una faceta de ti que quizás desconocías.

Así que, mientras sigues reflexionando sobre tus propósitos, recuerda que no importa cuántas veces hayas intentado y fallado en años anteriores. Lo que importa es que estás dispuesto a intentarlo de nuevo, a desafiarte, a crecer y, sobre todo, a permitirte disfrutar del viaje.

Y si en este proceso, decides darte el capricho de un instrumento que te inspire, no lo veas como un gasto innecesario. Piensa en ello como una inversión en tu felicidad, en tu creatividad y en una versión de ti que está esperando salir al escenario, aunque sea en la intimidad de tu sala de estar.

Este año, no dejes que tus propósitos se queden en papel. Conviértelos en melodías, en acordes y en momentos que realmente hagan vibrar tu corazón. ¿Qué mejor manera de empezar el año que dejando que la música sea tu guía?